CDMX. En México, cientos de personas han entregado fotografías de su rostro e iris a cambio de pagos en criptomonedas que, en la práctica, resultaron muy inferiores a lo prometido. En octubre de 2024, más de setenta vecinos de Iztapalapa hicieron fila frente a un módulo de Worldcoin instalado en una plaza comercial, donde se les ofreció mil pesos a cambio de permitir un escaneo biométrico con un dispositivo metálico conocido como Orb. Sin embargo, debido a la fluctuación del valor del bitcoin y de los tokens asociados, muchos recibieron al inicio apenas 800 pesos y después cantidades tan bajas como 50.

De acuerdo con una investigación difundida por el portal Animal Político, el procedimiento fue rápido y confuso: a las personas se les compartía internet, descargaban la aplicación World App, aceptaban términos que no entendían y pasaban frente al escáner sin recibir explicaciones claras. Incluso, desde sus propios teléfonos tomaban fotos de su rostro y proporcionaban datos personales. “Nos dijeron que los datos estarían seguros, pero nunca explicaron para qué los querían ni quién estaba detrás del proyecto”, recuerda Samantha, una de las participantes.

La Organización No Gubernamental Amaranta en Chile ha documentado patrones similares: personas en situación de vulnerabilidad aceptaron intercambiar sus datos biométricos por un “bono” económico, sin comprender los riesgos asociados. Mujeres acudían con bebés, menores de edad participaron a pesar de que la ley lo prohíbe y, en muchos casos, terceros retiraban el dinero por ellas, aumentando su exposición. Su fundadora, Cecilia Ananías Soto, advierte que el consentimiento estuvo viciado: “La gente actúa con las herramientas que tiene en un momento de necesidad, no de forma libre ni informada”.

Una visita realizada en julio de 2025 a otro punto de verificación en Iztapalapa confirma estas prácticas: por permitir la captura de rostro e iris se ofrecía mil pesos, además de bonos adicionales si llevaban a más personas. No obstante, al cobrar, se exigió copia de la credencial de elector, datos bancarios y la recompensa se redujo a 499 pesos.

Riesgos legales y ausencia de supervisión

Worldcoin, rebautizado como World, opera en México desde julio de 2023 y ha sido objeto de cuestionamientos legales y éticos. Aunque en abril de 2024 la diputada María Eugenia Hernández (Morena) pidió al INAI investigar el caso, nunca se conocieron resultados. El abogado Santiago Narváez, de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), confirmó que no hay información pública disponible sobre esas indagatorias.

La Fiscalía General de la República también negó acceso a posibles investigaciones en curso, al clasificarlas como reservadas con base en la Ley General de Transparencia y el Código Nacional de Procedimientos Penales.

La desaparición del INAI en marzo de 2025, sustituido por la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno, debilitó aún más la protección. Según Narváez, la nueva instancia carece de autonomía y de facultades sancionatorias, dejando sin garantías a quienes entregan información personal y biométrica. Casos previos como el Fan ID en estadios ya mostraban los límites del antiguo instituto.

Lucía Camacho, de la organización chilena Derechos Digitales, advierte que la estructura opaca de Worldcoin —a través de su matriz Tools for Humanity y operadores comunitarios— impide saber quién controla realmente los datos ni si pueden eliminarse. “Nuestras autoridades no tienen facultades para enfrentar a estas empresas transnacionales”, señala.

Avance de Worldcoin y debilitamiento legal

El director de World para México, Centroamérica y Canadá, Miguel Rocha, asegura que la empresa cumple con los marcos legales de todos los países en que opera y mantiene diálogo con la nueva Secretaría Anticorrupción. Según cifras oficiales, más de 700 mil mexicanos ya han sido verificados mediante escaneo de iris y existen 1.3 millones de cuentas activas en la aplicación. A nivel mundial, 12 millones de personas poseen un World ID validado.

En paralelo, especialistas advierten sobre un escenario más riesgoso: la reforma de 2025 a la Ley de Protección de Datos eliminó la obligación de informar transferencias de datos a terceros y fusionará la CURP con un Registro Único de Identidad que incluirá biometría, datos financieros, médicos y de telecomunicaciones.

Paul Aguilar, de SocialTIC, considera que esto representa un retroceso y recuerda casos de filtraciones como la del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (PANAUT). También alerta sobre sistemas como la Torre Centinela en Chihuahua, que comparte datos biométricos con autoridades de Texas, y sobre el uso de inteligencia artificial en la frontera sur.

La combinación de IA, criptomonedas y biometría configura un sistema de hipervigilancia real”, afirma Aguilar. En su lectura, Worldcoin no es un caso aislado, sino parte de un fenómeno global en el que las criptomonedas, lejos de resolver problemas económicos, incentivan un modelo de explotación basado en los datos personales y biométricos.

Con información de Más Información.