Morelia, MICH. En medio del clima de tensión provocado por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la presidenta Claudia Sheinbaum volvió a señalar al expresidente Felipe Calderón como responsable del origen de la violencia que hoy sacude a Michoacán, sin hacer mención directa a los grupos criminales que operan en la región.

La mandataria federal criticó de nuevo la estrategia militar implementada por Calderón en 2006, a la que calificó de “guerra fallida” que dejó un saldo de víctimas civiles y una espiral de impunidad aún vigente.

De acuerdo con El País, Sheinbaum respondió a las declaraciones que Calderón hizo un día antes en Buenos Aires, donde acusó a los gobiernos posteriores al suyo de haber permitido el fortalecimiento del crimen organizado.

“Él decidió una estrategia de guerra, y él mismo hablaba de que no importaba que hubiera víctimas colaterales: civiles, niños, niñas, que en un enfrentamiento podían ser alcanzados por una bala. ¿Quién declara una guerra en su propio país?”, expresó Sheinbaum durante su conferencia matutina.

La presidenta también recordó que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad de Calderón y figura clave en la estrategia contra el narcotráfico, fue condenado en Estados Unidos por colaborar con grupos criminales.

Puso al frente de esa guerra a un personaje que hoy está preso en los Estados Unidos por favorecer a un grupo delictivo. Cómo defender aquella actuación”, cuestionó.

A pesar del aumento de homicidios durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum destacó una disminución del 28% en los asesinatos dolosos diarios desde su llegada al poder, comparando cifras por sexenio.

Mostró una gráfica donde evidenció el repunte de la violencia en los gobiernos anteriores y la aparente reducción durante la actual administración, aunque admitió que Michoacán continúa siendo el estado más crítico en materia de seguridad.

El nuevo Plan Michoacán presentado por su Gabinete busca revertir esta situación, luego de que el estado desplazara a Sinaloa como prioridad en la agenda de pacificación del país. Sin embargo, a pesar de los anuncios, el asesinato de Manzo Rodríguez –el tercer alcalde ejecutado este año en Michoacán y el séptimo a nivel nacional– pone en entredicho la efectividad de las actuales estrategias de seguridad.

En el discurso oficial, la narrativa sigue centrada en deslindar responsabilidades hacia el pasado, sin abordar directamente la operación y control territorial que actualmente ejercen grupos criminales en distintas regiones del estado. La ausencia de posicionamientos más contundentes contra estas organizaciones ha generado críticas entre diversos sectores, que exigen respuestas más firmes ante la creciente vulnerabilidad de las autoridades locales.

Aunque el gobierno federal presume haber detenido y extraditado a varios líderes del crimen organizado, las cifras y la realidad en el territorio muestran que los golpes a los grandes capos no han significado una disminución sustancial de la violencia. Si bien la administración actual ha reforzado la cooperación con Estados Unidos y ha entregado a miembros relevantes del Cártel de Sinaloa y otras organizaciones, los expertos coinciden en que las estructuras criminales permanecen activas y diversificadas, mientras delitos como la extorsión o el control territorial siguen en expansión.

Con información de Más Información.