CDMX. El año coincidió con el primer periodo completo de la presidenta Claudia Sheinbaum y de su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, así como con la transición de la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz Manero a Ernestina Godoy, en medio de una violencia extrema que desafió las estrategias oficiales.
Uno de los hechos más perturbadores fue el hallazgo del denominado Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, identificado por colectivos de búsqueda como un supuesto centro de adiestramiento y exterminio del crimen organizado.
Durante las diligencias, la Fiscalía del Estado recolectó cientos de indicios, entre ellos prendas de vestir de hombres y mujeres, que fueron parte de los 493 objetos iniciales. Aunque las autoridades aclararon que estos elementos no confirmaban la identidad o condición de posibles víctimas, colectivos y testimonios recogidos por investigadores señalan que durante más de diez años personas fueron atraídas con falsas ofertas de trabajo, despojadas de sus teléfonos, forzadas a grabar videos de adhesión a un grupo criminal, sometidas a violencia extrema y obligadas a participar en actos inhumanos.
El 20 de mayo, Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y José Muñoz, coordinador de asesores, fueron emboscados y asesinados a balazos en la Calzada de Tlalpan por al menos dos vehículos y una motocicleta.
La Fiscalía de la Ciudad de México informó que las víctimas fueron vigiladas durante 20 días antes del ataque, que ha sido atribuido en parte a conflictos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y grupos locales como La Unión Tepito, aunque el móvil y los autores intelectuales no han sido aclarados. Trece personas han sido detenidas por su posible participación en la logística de este crimen.
El 5 de julio, dos agentes de investigación del Centro de Justicia para Mujeres en Hidalgo, Paulino Castañeda Aguilar y Vicente Monrroy Ballesteros, fueron retenidos y torturados durante más de 15 horas en una capilla vinculada a un grupo que operaba como secta en Pachuca, acusado de prácticas rituales.
Tras ser golpeados hasta el punto de romper costillas y quedar con lesiones graves, ambos agentes murieron tiempo después en hospitales debido a las heridas. El cateo en la propiedad también encontró armas, envoltorios con droga, el vehículo en que viajaban y una cabra negra, atribuida a rituales de sacrificio.
Otra tragedia que sacudió al estado de Guanajuato fue la masacre en Irapuato, registrada el 25 de junio durante una fiesta patronal en la colonia Barrio Nuevo, donde un comando armado abrió fuego indiscriminadamente contra asistentes, asesinando a 12 personas e hiriendo a 20 más.
Entre los fallecidos estuvieron hombres, mujeres e incluso niños. Este ataque fue captado de forma accidental en una transmisión en vivo desde el evento y fue atribuido a la disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel Santa Rosa de Lima.
El asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, el 2 de noviembre durante la celebración del Día de Muertos en la plaza principal de la ciudad en Michoacán, fue otro hecho que impactó a la sociedad. Manzo, que había asumido el cargo en 2024 por la vía independiente, fue víctima de un ataque a balazos mientras participaba en unas tradiciones de homenaje a los antepasados.
La logística del atentado mostró un nivel de seguimiento intenso y una planificación que ha llevado a hipótesis de participación de grupos criminales, incluida una posible vinculación con células del Cártel Jalisco, mientras las investigaciones oficiales continúan.
Ese mismo mes, en Tula de Allende, Hidalgo, un comando armado atacó el centro nocturno La Resaka, dejando seis muertos y ocho heridos. Los agresores emplearon armas de alto calibre y rociaron gasolina en la entrada aunque no consiguieron incendiar el lugar.
Las autoridades coincidieron en que el ataque responde a disputas internas de grupos delictivos que se separaron tras la captura de sus líderes.
Además de estos hechos, el estado de Guanajuato también fue escenario de otros ataques violentos en San Luis de Jánamo, donde un enfrentamiento armado dejó un saldo de cuatro muertos y dos lesionados, incluyendo un menor de 17 años, en el contexto de la disputa entre grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel Santa Rosa de Lima, que generó homicidios múltiples semanales.
Estos crímenes de alto impacto ocurrieron dentro de un contexto más amplio de fragmentación de cárteles, alianzas criminales y expansión territorial de grupos delictivos que libran sus propias batallas en estados como Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Hidalgo y la Ciudad de México, evidenciando una persistente crisis de violencia extrema en diversos puntos del país en 2025, según el análisis de Emeequis.
Con información de Emeequis.

