CDMX. En un esfuerzo por revalorar las lenguas indígenas y su influencia en la identidad cultural del país, el gobierno de la Ciudad de México ha anunciado la incorporación del náhuatl como materia optativa en 78 escuelas públicas.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, presentó el proyecto a finales de febrero en una escuela de Xochimilco, declarando su intención de fortalecer la enseñanza de la historia y cultura de los pueblos originarios en el sistema educativo.
La iniciativa, respaldada por la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, busca resarcir el abandono que han sufrido las lenguas indígenas en la educación pública. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la Ciudad de México residen aproximadamente 125,000 hablantes de lenguas indígenas, de los cuales 40,000 hablan náhuatl. La presencia de este idioma es innegable: cerca de 4,000 palabras de uso cotidiano en el español capitalino provienen del náhuatl.
El secretario de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la capital, Pablo Yanes Rizo, destacó la importancia de esta iniciativa, argumentando que el conocimiento de una lengua como el náhuatl no solo es un medio de comunicación, sino una forma de nombrar el mundo. Según el funcionario, el sistema educativo de la ciudad cuenta con suficientes profesores y materiales didácticos para el arranque del programa, que se enfocará en estudiantes de entre 12 y 13 años.
A pesar del optimismo de las autoridades, la implementación del proyecto aún enfrenta incertidumbres. La duración de la materia, su evaluación y la respuesta de los estudiantes son aspectos que todavía están en discusión con las comunidades escolares. “Van a empezar a demandarla otras escuelas. Van a empezar a decir: ‘Yo también quiero’. Y ese siempre es el criterio de éxito en una política pública”, sostiene Yanes.
Por su parte, Nelly Juárez Audelo, secretaria de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas de la capital, resaltó que el proyecto comenzará en alcaldías con una fuerte presencia indígena, como Xochimilco y Milpa Alta. Para la funcionaria, no se trata solo de enseñar un idioma, sino de reconocer a la Ciudad de México como un espacio intercultural.
La administración capitalina se muestra confiada en la viabilidad del proyecto, respaldándose en experiencias previas como los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), impulsados durante el gobierno de Sheinbaum. En estos espacios, ya se han impartido cursos de lenguas indígenas con docentes provenientes de comunidades hablantes.
A pesar del entusiasmo oficial, la propuesta ha generado un debate público, principalmente por el fracaso de programas similares en el pasado. La lingüista Yásnaya Aguilar Gil recordó que en 2007, el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, prometió la enseñanza obligatoria del náhuatl en las preparatorias de la ciudad, con la intención de expandirla a nivel básico. Sin embargo, el programa se desvaneció sin una evaluación clara de sus resultados.
“Lo que más me preocupa es lo que yo llamo las estrategias confeti”, advierte Aguilar. “Esto tendría que partir de unas políticas lingüísticas generales y de ellas derivar algo que se llama planificación lingüística, como ha sucedido en el País Vasco o Cataluña. Dar clases de náhuatl de manera opcional es solo un punto aislado, sin una política pública de fondo. Funciona unos años, luego se pierde y queda en una buena intención”.
Otro punto de controversia es la falta de prioridad en la enseñanza del inglés en la educación pública mexicana. Roberto Domínguez Cáceres, catedrático del Tecnológico de Monterrey, señala que aproximadamente el 97% de los estudiantes de escuelas públicas no alcanza un nivel básico de comprensión del inglés. “México ha fracasado rotundamente en este aspecto. Más del 79% de los alumnos de educación pública tienen un desconocimiento total del idioma”, afirma.
Patricia Vázquez, directora de la organización Mexicanos Primero, considera que la inclusión del náhuatl es un avance positivo, pero cuestiona la falta de una estrategia clara para mejorar la enseñanza del inglés. “Convivir con lenguas indígenas desarrolla habilidades cognitivas y refuerza la identidad cultural, pero también debemos preguntarnos cómo vamos a mejorar el acceso de los jóvenes mexicanos al inglés, que es clave en un mundo globalizado”, argumenta.
La iniciativa del gobierno capitalino es vista por algunos sectores como un esfuerzo legítimo por rescatar el náhuatl y fortalecer la diversidad lingüística en la educación pública. Sin embargo, las críticas apuntan a la necesidad de un plan más estructurado y a largo plazo, que garantice la permanencia del programa y no lo reduzca a un experimento temporal.
El impacto del proyecto dependerá de su implementación, la aceptación de los estudiantes y el compromiso de las autoridades con su continuidad. Mientras tanto, la discusión sobre la enseñanza de lenguas en México sigue abierta: entre la preservación de las lenguas originarias y la urgencia de preparar a los jóvenes para un mundo globalizado, el sistema educativo enfrenta el reto de encontrar un equilibrio real y efectivo.
Con información de Más Información.