CDMX. La inflación alimentaria no da tregua. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta la variación de precios de la canasta básica alimentaria de cuarenta y cuatro productos de julio a agosto del presente año; estudio de mercado realizado en los treinta y dos Estados de la República, con una muestra aleatoria domiciliada, ambulatoria, estratificada en más de 200 puntos de venta en tres niveles de consumo: alto, medio y popular.
Resultando el precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en $1,992.21 al aumentar su precio en promedio $13.06 lo que significa una variación al alza de 0.66%.
Los cinco Estados con la CBA más encarecida resultaron ser Sonora (4.19%), Campeche (4.11%), Quintana Roo (3.98%), Durango (3.78%) y Baja California Norte (3.08%). Los productos que más aumentaron en el último mes son chile poblano 5.88% (de $43.38 a $51.22), zanahoria 5.64% (de $19.93 a $21.06), cerveza 4.27% (de $24.05 a $24.03), chile jalapeño 3.95% (de $33.13 a $34.43) y manzana 3.54% (de $46.30 a $47.94).
Las cifras que otros difunden sobre el costo de la canasta básica no atienden la realidad del consumo mínimo de las familias mexicanas, menos de $910.00 ¿dónde?, basan su cálculo en una canasta reducida que deja fuera productos básicos de alta demanda popular. La realidad muestra claramente que el gasto real para medio llenar la despensa sigue creciendo, sin que los bolsillos alcancen para tanto.
Mientras los precios suben, en San Lázaro la aplanadora de diputados federales del gobierno y aliados se han estado sirviendo con la cuchara grande aumentando una cascada de impuestos.
Han aprovechado este periodo legislativo para aprobar la reforma a la Ley de Amparo con efectos retroactivos, prácticamente liquidaron este derecho constitucional, sello distintivo de la legislación mexicana y que por más de 160 años ha sido una herramienta invaluable para la defensa de los ciudadanos en contra de los abusos del poder en todos los niveles de gobierno.
La justificación oficial para virtualmente eliminar el juicio de amparo es que ha sido mal usado como escudo protector de delincuentes, tanto del crimen organizado común como de cuello blanco. Sin embargo, la verdad es que dicho argumento no alcanza para cancelar un derecho fundamental de nuestra jurisprudencia. Una vez más, en lugar de fortalecer los mecanismos legales para evitar abusos, se optó por recortar las libertades ciudadanas.
Los diputados también aprobaron recientemente la nueva Ley de Derechos, encareciendo al menos 26 servicios que presta el Estado, entre ellos el costo de pasaportes, entradas a museos, peajes en autopistas y otros trámites esenciales. Todos estos aumentos serán aplicados de golpe y porrazo, de manera simultánea, lo que claramente aumenta la presión sobre el bolsillo de las familias mexicanas.
A esto se suma el tan debatido aumento al IEPS en bebidas saborizadas y cigarros, un impuesto que ha demostrado no ser una estrategia efectiva para desalentar su consumo y que en la práctica sólo es una carga fiscal adicional que el ciudadano promedio debe absorber sin opción, pareciendo responder más a una necesidad recaudatoria que a cualquier otra cosa que pretenda justificarlo.
Todo esto en el contexto de cierre de año, que representa el trimestre de mayor consumo del calendario. A partir del gasto por Día de Muertos se desata una cadena de consumos intensivos, pasando por el Buen Fin, y llegando a las posadas, las fiestas navideñas y de año nuevo, para continuar con los reyes magos y la candelaria. En un abrir y cerrar de ojos nos veremos sumergidos en un tobogán de gastos y consumos a los que estamos ineludiblemente obligados y comprometidos y que tienen como destino la cuesta de enero a la que llegamos sobregirados y endeudados.
Todo indica que la cuesta de enero de 2026 será especialmente empinada, marcada por la incertidumbre económica, la persistente inflación alcista y el encarecimiento de productos y servicios básicos a los que todo hogar incurre.
Pronosticamos un cierre de año caliente y un arranque de año gélido para la economía social, esta situación afectará a todos pero sin duda se sentirá la pendiente más empinada para los sectores más vulnerables, los de mayor esfuerzo.
Vivimos tiempos difíciles, sin duda. Pero como se ha dicho antes, a los tiempos difíciles hay que ponerles buena cara. El pueblo mexicano es docto en la materia, siempre nos la ingeniamos para encontrar salida a estos callejones a los que nos lleva la estancada economía de nuestro país.

