CDMX. En menos de siete años, la renta promedio de un departamento de dos recámaras en la Ciudad de México pasó de 14 mil 228 pesos en abril de 2018 a 19 mil 826 pesos en febrero de 2025, un incremento de 39.3% que está desplazando a cientos de familias de las zonas donde han vivido por años.
Así lo documenta un reportaje publicado originalmente por Animal Político, que muestra cómo el alza sostenida en el costo de la vivienda y la gentrificación están transformando comunidades enteras y elevando los índices de desigualdad urbana.
El caso de Nicole Reyes y su familia es un ejemplo claro. Vivían en un departamento en la colonia Villa Panamericana, Coyoacán, con una renta inicial de 6 mil pesos. La cercanía a su escuela, la seguridad de la unidad habitacional y las actividades deportivas disponibles hacían sostenible su vida ahí. Pero el aumento constante en el alquiler y el costo de vida —incluyendo precios más altos en tiendas, estacionamientos y servicios— terminó por hacer insostenible la permanencia. La proporción de su ingreso destinada a la renta pasó de 30% a 50%, lo que los obligó a mudarse cerca del Estadio Azteca a una vivienda compartida con otra familia, en una zona más insegura y con trayectos más largos en transporte público.
En algunas alcaldías céntricas, uno de cada diez inmuebles está desocupado, mientras que en zonas periféricas la proporción es menor. Según el Inventario Nacional de Vivienda 2020 del Inegi, Benito Juárez tiene 11.9% de viviendas particulares no habitadas (de un total de 199 mil 871), mientras que en Iztapalapa —con más de medio millón de viviendas— la cifra es de 6.1%. El acceso a la propiedad también refleja la desigualdad: en Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, menos del 50.6% de los residentes son dueños de su vivienda, mientras que en Milpa Alta la cifra alcanza 77.4%.
Para Nicole, de 26 años, la posibilidad de que los jóvenes adquieran una vivienda propia es cada vez más lejana. “Nuestros abuelitos, nuestros papás, tuvieron tal vez terrenos o pudieron realizar una vida a los 20, 22, 25. Pero las actuales condiciones… no nos permiten tener una vivienda a través de un préstamo de banco o de una hipoteca”, lamenta.
Frente a este panorama, han surgido colectivos que denuncian el desplazamiento y el aumento de rentas. Nicole participa en el movimiento Sin Vivienda No Hay Bienestar, que ofrece asesoría jurídica a víctimas de desalojos violentos o injustificados y organiza acciones para visibilizar el derecho a la vivienda. Su compañero Toño Figueroa advierte que la situación se agrava en Coyoacán por la preparación del Estadio Azteca para recibir cinco partidos del Mundial 2026.
El tema también ha llegado a las mesas de diálogo del Gobierno capitalino, que, a través de la Secretaría de Vivienda encabezada por Inti Muñoz, impulsa el plan “Bando 1” para regular el aumento de rentas, crear un Observatorio de Suelo y Vivienda y atender la gentrificación. La propuesta surge en un contexto de protestas y foros donde participan vecinos, activistas y especialistas como Uriel Martínez, profesor de Geografía e integrante de la colectiva Comuna Hogar, quien subraya que las causas son estructurales y se han visto agravadas por la falta histórica de políticas públicas efectivas.
“Me parece que es un logro de los movimientos sociales que el tema esté instalado, por lo menos, en la agenda del debate público”, afirma Martínez, recordando que desde los años 80 y 90 organizaciones ciudadanas han exigido una ley inquilinaria que proteja a quienes rentan.
Con información de Más Información.