CDMX. En los últimos meses, la delincuencia cibernética tomó una velocidad que dejó rezagados a miles de usuarios. Los estafadores perfeccionan sus métodos casi cada semana, mientras que la mayoría de las personas apenas alcanza a reconocer el primer síntoma de un ataque.
Las llamadas de extorsión y los mensajes que llegan por WhatsApp o SMS siguen siendo el pretexto más efectivo para enganchar a sus objetivos. Detrás de esa comunicación tan casual hay centros de operación instalados en otros continentes.
Equipos enteros se dedican a operar computadoras y servidores que marcan sin descanso. No improvisan. Trabajan con listas segmentadas por edad o zona, así que no sorprende que los adultos mayores reciban la mayor parte de estos contactos.
De acuerdo con Rafael Morales, especialista en ciberseguridad con casi dos décadas de experiencia, las bases de datos que usan se consiguen en la red oscura, donde se venden paquetes completos organizados por rangos de edad, códigos postales o hábitos de consumo. Es un mercado que funciona en silencio, casi siempre de madrugada, como si fuera un tianguis digital que nadie quiere ver, pero todos saben dónde está.
«Un toque en un enlace dudoso basta para abrir la puerta a un troyano o a un programa espía. En expedientes reales se observa cómo los intrusos toman la agenda, copian fotografías, extraen videos y, si encuentran una grieta, incluso llegan a cuentas bancarias o correos electrónicos”, afirmó.
Dijo que las recomendaciones parecen básicas, aunque en la realidad no siempre resultan fáciles de cumplir.
1. Evitar contestar números que no se reconocen.
2. Ignorar mensajes de contactos desconocidos.
3. Resistirse a ofertas milagrosas. Los criminales juegan con la prisa y la emoción.
Las ofertas de empleo engañosas
El especialista Rafael Morales destacó que en esta “vida nada es gratis”, prueba de ello, es que en los últimos meses han circulado mensajes que prometen empleo por Telegram.
Los ciberdelincuentes manejan mensajes donde aseguran tener vacantes en compañías como Facebook o Meta y ofrecen sueldos que levantan sospechas desde el primer vistazo.
Cuando alguien cae, lo agregan a grupos con decenas de desconocidos. La mecánica se repite una y otra vez: solicitan datos personales, envían formularios irregulares, presionan para instalar aplicaciones.
Estas campañas, asegura el especialista, parten desde Estados Unidos y Asia. El consejo es directo: bloquear, borrar y reportar.
Sobre la estructura que sostiene estas operaciones, describe dos modelos. El ataque dirigido, manejado por una persona que sigue a una víctima específica con herramientas hechas a la medida. Y el ataque masivo, que es la modalidad más común.
Ahí entran mafias que administran granjas de servidores capaces de mandar miles de mensajes por minuto. La señal para detectarlos suele ser muy simple. Si a ti y a un familiar les llega el mismo texto con diferencia de segundos, es obra de un bot.
Los números telefónicos que se usan para contactar a las víctimas provienen del mismo mercado clandestino. Hay paquetes que se venden por unos pocos dólares y otros mucho más caros si incluyen correos y perfiles completos.
La recomendación es simple, pero a veces difícil de poner en práctica. Desconfiar de un número desconocido, tomarse dos segundos antes de abrir un mensaje, reportar lo extraño, esto será suficiente para impedir que alguien, desde miles de kilómetros, tome control de la vida digital de un usuario en México.
La estafa digital en números
Hasta julio de 2025, la estela del fraude digital dejó una cifra alarmante. Más de 13 millones de mexicanos cayeron en algún tipo de engaño en línea, según cálculos de especialistas en ciberseguridad. El ritmo es brutal. Cada día se cometen más de 400 mil delitos en la red y, casi sin respiro, se registra un ciberataque cada 39 segundos.
En los bancos el impacto ya se siente. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recibió 3.3 millones de quejas por fraude sólo en el primer semestre del año, un reflejo de cómo estas prácticas perforan el bolsillo de miles de familias.
Un estudio de Kaspersky indica que 47 por ciento de los usuarios en México ha caído en engaños que juegan con la emoción del momento. Uno de cada tres terminó perdiendo entre 2 mil y 10 mil pesos al comprar en línea.
México registra casi 980 mil ataques de phishing al día y la cifra se dispara en temporadas como El Buen Fin. En el último año se contaron más de 360 millones de intentos, una señal clara de que miles de usuarios están expuestos a cualquier hora.
Con información de Excélsior.


