CDMX. A cincuenta años de la muerte de Francisco Franco, la literatura española se reafirma como un testimonio complejo y lúcido de la evolución social, política y cultural del país en democracia.

Para conmemorar este medio siglo de transformación, ‘Babelia’, el suplemento cultural de El País, convocó a un jurado de expertos para elaborar una lista con los mejores libros españoles publicados desde 1975. El proyecto, iniciado a principios de 2025, forma parte de una serie de ejercicios de memoria crítica que han incluido también los mejores discos y películas del último medio siglo.

Ahora le ha llegado el turno a los libros: un territorio donde la libertad, la experimentación, la memoria y la identidad se han entretejido en obras esenciales.

En este recuento no solo se han rescatado títulos emblemáticos de autores consagrados, sino que también se ha hecho justicia a nuevas voces que han marcado la narrativa reciente. La selección revela cómo la literatura ha sabido interpretar los principales dilemas de la España democrática: desde la revisión de la Guerra Civil y la transición, hasta los conflictos de identidad, el desencanto político, la precariedad, la desigualdad y las luchas de género.

Uno de los títulos imprescindibles es ‘Corazón tan blanco’ de Javier Marías, probablemente su novela más celebrada. Con una prosa hipnótica y una estructura narrativa que entrelaza la intimidad con la tensión moral, Marías plantea una reflexión inquietante sobre el conocimiento y el secreto. La trilogía ‘Tu rostro mañana’ y novelas como ‘Todas las almas’ o ‘Negra espalda del tiempo’ amplían su mundo literario, donde se cruzan lo ético, lo político y lo filosófico con una voz inconfundible.

Rafael Chirbes, por su parte, dejó una huella imborrable con ‘Crematorio’, una novela cruda y total sobre la corrupción urbanística y moral que devoró a la España del boom inmobiliario. Su obra expone con brutal honestidad la descomposición de los valores de la izquierda y el triunfo cínico del dinero. La crítica lo reconoce hoy como el gran cronista literario de la caída de la ilusión democrática y el fin de la fiesta del crecimiento económico.

Carmen Martín Gaite se consagra con ‘El cuarto de atrás’, una novela que mezcla memoria, ficción y ensayo en una poderosa indagación sobre la subjetividad femenina en el tránsito entre la dictadura y la democracia. Esta obra se convirtió en un hito para la narrativa escrita por mujeres, abriendo caminos para futuras generaciones de escritoras. A este universo se suman textos como Usos amorosos del dieciocho en España y Desde la ventana, donde la autora aborda la historia cultural desde una perspectiva íntima y aguda.

‘Soldados de Salamina’ de Javier Cercas es otro de los títulos fundamentales de este período. La novela mezcla historia, periodismo y ficción para reconstruir la figura de un soldado republicano que se negó a ejecutar a un fascista inerme. Con este libro, Cercas redefinió la narrativa sobre la Guerra Civil y planteó preguntas esenciales sobre la memoria, el heroísmo y la verdad. La obra inauguró una nueva forma de leer la historia desde la literatura.

En el ensayo y la filosofía, María Zambrano ocupa un lugar destacado con ‘Claros del bosque’, una obra de pensamiento poético que busca caminos alternativos al conocimiento racional. Su “razón poética” ha sido clave para entender la experiencia del lenguaje, la memoria y la belleza desde una perspectiva filosófica radical y profundamente lírica.

Antonio Muñoz Molina también figura con ‘El jinete polaco’, novela monumental que entrelaza varias generaciones en una evocación simbólica de la historia reciente de España. Inspirado por Faulkner y García Márquez, el autor crea un universo propio a través de Mágina, su ciudad ficticia. La obra es una de las cumbres de la narrativa en lengua española de las últimas décadas.

Otras novelas como ‘La ciudad de los prodigios’ de Eduardo Mendoza y ‘Los santos inocentes’ de Miguel Delibes ofrecen miradas incisivas sobre la modernización española y la persistencia de la desigualdad rural, respectivamente. Mendoza, con su ironía y capacidad estructural, renovó la narrativa con un enfoque experimental y urbano. Delibes, en cambio, se mantuvo fiel al retrato de una España profunda y silenciada, con una sensibilidad que convirtió su obra en un emblema ético y estético.

El infinito en un junco’, ensayo de Irene Vallejo sobre la historia del libro y la lectura, rompió moldes al convertirse en un fenómeno editorial sin precedentes. Esta obra demostró que el ensayo literario también puede ser masivo, accesible y profundamente emocionante. Es, en palabras de El País, una victoria de la belleza literaria frente al mercado y una reivindicación del conocimiento como aventura.

En las últimas décadas han surgido voces que desafiaron los límites de la narrativa tradicional, como Cristina Morales con ‘Lectura fácil’, una obra audaz que denuncia la hipocresía institucional hacia las personas con discapacidad intelectual, al tiempo que explora temas de sexualidad, rebeldía, poder y lenguaje con una forma narrativa tan provocadora como necesaria.

Sara Mesa, con ‘Un amor’, y Elvira Navarro, con sus retratos de la precariedad urbana, también representan esta nueva generación de escritoras que narran el presente con un enfoque punzante y sensible.

En el terreno de la memoria histórica, Almudena Grandes tuvo un papel esencial con ‘El corazón helado’ y su serie de Episodios de una guerra interminable, donde reconstruye la lucha clandestina y la represión franquista con personajes entrañables y una épica de la resistencia popular. Junto a ella, Julio Llamazares dejó huella con ‘La lluvia amarilla’, una dolorosa elegía por el mundo rural abandonado y por la España del silencio.

Patria’ de Fernando Aramburu abrió un nuevo capítulo en la literatura sobre el conflicto vasco, abordando con valentía las heridas de una sociedad fracturada por la violencia de ETA. Su mirada humanista, centrada en las víctimas y en la fractura del tejido social, hizo de esta novela un fenómeno de masas y un punto de inflexión cultural.

La literatura de las últimas cinco décadas ha sido también el espacio para la experimentación, como lo demuestra Enrique Vila-Matas con ‘Bartleby y compañía’, o Francisco Casavella con ‘Lo que sé de los vampiros’, novelas que cuestionan las formas tradicionales del relato y dialogan con la tradición literaria desde la posmodernidad. Bernardo Atxaga, con Obabakoak, fundó un mundo narrativo propio en lengua vasca, mientras Javier Marías –además de sus novelas– dejó un legado de crítica literaria y estilo inconfundible.

No se puede dejar de mencionar a autores como José Ángel Valente, cuya poesía mística y depurada alcanzó su plenitud en ‘Fragmentos de un libro futuro’, o a Luis García Montero, emblema de la poesía de la experiencia, y Luis Landero, cuyo debut con ‘Los juegos de la edad tardía’ revolucionó la narrativa española de los años ochenta.

El canon literario español del último medio siglo, trazado por Babelia, es, en sí mismo, un espejo del país: de sus esperanzas, sus contradicciones, sus fantasmas y sus resistencias. A través de novelas, ensayos, memorias, poesía y cómics –como Arrugas de Paco Roca–, la literatura ha cumplido su papel como archivo de emociones, crónica del presente y construcción de futuro. En tiempos de incertidumbre, esta selección no solo celebra las mejores letras españolas, sino que invita a seguir leyendo como forma de resistencia, memoria y libertad.

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