CDMX. El uso cada vez más extendido de semillas híbridas de origen chino en la producción de cempasúchil amenaza con desplazar a las variedades criollas mexicanas, lo que podría generar pérdidas millonarias y un impacto cultural profundo en una de las tradiciones más emblemáticas del Día de Muertos.

De acuerdo con un reportaje de Animal Político, especialistas agrícolas advierten que las flores importadas, conocidas como Marigold, están sustituyendo paulatinamente a las especies nativas debido a su bajo costo, su rápido crecimiento y su menor demanda de agua. Sin embargo, esta tendencia pone en riesgo la biodiversidad y el legado agrícola de México, donde la flor de cempasúchil es símbolo de identidad nacional.

El ingeniero agrónomo Gael Manceras explicó que el uso de la semilla proveniente de China puede tener consecuencias graves, como el desplazamiento de las plantas originarias y pérdidas económicas significativas para los productores locales. “Poco a poco y año con año se han ido desplazando las variedades criollas de cempasúchil que se producen en México por las que son de origen chino”, señaló.

La flor de cempasúchil tiene su origen en Mesoamérica y el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) registra 35 variedades mexicanas de las 58 que existen en el mundo. Pero actualmente, más del 50 % de las plantas cultivadas en el país provienen de semillas importadas, según el propio Manceras.

El especialista alertó que la semilla híbrida china no puede reproducirse —ya que carece de semilla fértil bajo los pétalos—, lo que obliga a los productores a adquirirla cada año, a diferencia de las criollas, que sí generan semillas aptas para replantar. Además, las flores híbridas son más pequeñas (de dos a tres centímetros frente a los cinco de las criollas), tienen un tono más opaco y carecen del aroma característico del cempasúchil mexicano.

Por su parte, la comerciante Lucía González subrayó que las variedades criollas son preferibles por su fragancia y su color intenso. En contraste, las plantas híbridas suelen tener una vida más corta y se venden principalmente en macetas, mientras que las criollas se comercializan en manojos.

En el ámbito económico, Manceras estimó que la producción nacional abarca unas 3.000 hectáreas de cultivo, equivalentes a 16 millones de macetas y 1,8 millones de manojos, con un valor total aproximado de 350 millones de pesos. Si las semillas criollas fueran desplazadas totalmente, las pérdidas para el sector podrían ser millonarias.

El ingeniero advirtió que el impacto no sería solo económico, sino también cultural, pues al reducirse las ganancias muchos productores podrían abandonar la siembra del cempasúchil, poniendo en riesgo la continuidad de esta tradición ancestral mexicana.

En México, las principales entidades productoras son Aguascalientes, Puebla, Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Oaxaca y Veracruz, entre otras. En 2023, el país generó 21.355 toneladas de flor, según cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Finalmente, los expertos coincidieron en que el avance del cempasúchil híbrido chino se debe, en gran parte, a que el público muchas veces no distingue entre ambas variedades, guiándose más por la apariencia que por el origen o el aroma de la flor. Así, el Marigold importado ya ocupa un espacio significativo en los altares mexicanos, desplazando poco a poco a la flor nativa que simboliza la conexión espiritual entre los vivos y los muertos.

Con información de Más Información.