CDMX. Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum mantiene una visión optimista sobre la solidez de la economía nacional, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió sobre un debilitamiento en la actividad productiva y un déficit público en niveles históricamente elevados, lo que podría afectar el desempeño económico en el futuro.
“El optimismo oficial, que ha sido una de las principales características, continúa sosteniendo que la actividad económica es sólida y las finanzas públicas estables”, señaló el organismo dirigido por Carlos Hurtado López. No obstante, el CEESP alertó que las cifras muestran una tendencia a la baja en los principales indicadores económicos desde hace un año, con una aceleración de la debilidad en los últimos meses de 2024.
El inicio de 2025 ha estado marcado por un panorama complejo, con una actividad económica frágil y finanzas públicas más ajustadas debido al anuncio de nuevos proyectos gubernamentales que demandarán mayores niveles de gasto. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reportó que la economía se ha sostenido gracias al dinamismo de la demanda interna, impulsada por un crecimiento del consumo y una inversión que, aunque superior a su promedio histórico, comenzó a debilitarse en el cierre del año.
El producto interno bruto (PIB) creció 1.3% en 2024, una cifra inferior al rango estimado oficialmente de entre 1.5% y 2.5% y por debajo de la previsión más reciente del sector privado, que proyectaba un aumento de 1.54%. El CEESP destacó que la inversión, si bien tuvo un buen desempeño en los primeros meses de 2024, ha mostrado caídas consecutivas desde septiembre, acumulando tres meses en terreno negativo hasta noviembre.
El consumo sigue en niveles positivos, pero también presenta signos de debilitamiento. “Las expectativas ante esta coyuntura no son alentadoras, lo que ha permitido que los pronósticos de crecimiento sigan corrigiéndose a la baja: De hecho, la tasa de crecimiento promedio para los próximos diez años ya está por debajo del 2%”, advirtió el organismo.
En materia fiscal, el informe del CEESP reconoció que las finanzas públicas han seguido la línea de lo aprobado por el Congreso, pero recordó que desde el inicio del ejercicio fiscal ya se contemplaba un déficit significativo. Los ingresos públicos representaron el 22.1% del PIB en 2024, el mismo porcentaje del año anterior, aunque siguen siendo los más bajos desde 2020.
El crecimiento de los ingresos tributarios fue de 4.7%, alcanzando un máximo histórico del 14.6% del PIB. Sin embargo, este avance fue casi tres veces menor que el del año previo. La recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) tuvo un incremento del 34.8%, impulsado principalmente por un alza del 67.5% en los ingresos provenientes de gasolinas y diésel. En contraste, la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA) cayó 1.6%, lo que refleja el menor ritmo de crecimiento económico y la debilidad del consumo.
El gasto público aumentó 7.7%, superando el incremento del 4.3% aprobado por el Congreso. Dentro de este rubro, el gasto en inversión física creció 11.4%, en contraste con la caída del 23% que se había previsto, lo que representa un aspecto positivo. Sin embargo, el CEESP subrayó que, pese a este aumento, el impacto en el crecimiento económico no ha sido el esperado.
Con un panorama de incertidumbre y una inversión cautelosa, los analistas del sector privado prevén que la economía mexicana continuará enfrentando retos en los próximos meses, con riesgos que podrían frenar su recuperación y afectar la estabilidad fiscal en el mediano plazo.
Con información de Más Información.