CDMX. El proyecto surge como medida parta mitigar el cambio climático en la Ciudad de México, la urbe más poblada del país con más de 9,2 millones de habitantes, con una deuda, solo en el sur de la capital, de 100 mil árboles, mientras el país se calienta 3.2 grados por siglo.
El modelo de Naturaleza Sostenible se basa en la donación y plantación de árboles, cada uno apadrinado por un ciudadano que se compromete a su cuidado.
Los árboles están geolocalizados a través de códigos QR, lo que permite un seguimiento constante de su estado de salud y crecimiento.
“Además tenemos una comunidad que los cuida porque no solo es el padrino, es el esposo, la esposa, el niño, el hijo, el primo, la que hace a una comunidad que cuida esos árboles», explicó el lunes Carrillo Reyna en una entrevista.
Hasta el momento, ninguno de los más de 20 mil árboles plantados ha muerto, gracias al compromiso de estos padrinos.
El pasado lunes fueron seis mexicanos los que decidieron adoptar el mismo número de árboles en la colonia (barrio) Roma y Carrillo contó que en las siguientes semanas acudirán a la ciudad de Pachuca, en el central estado de Hidalgo, a un ejercicio similar en una escuela normal en la que se plantarán 5 mil especies.
De delito ambiental a impacto positivo
El proyecto no solo se enfoca en la reforestación, sino también en transformar terrenos privados con uso de conservación en espacios ecológicamente positivos.
Carrillo destacó que muchas de estas áreas, ubicadas en el sur de la ciudad, estaban en riesgo de caer en delito ambiental, por lo que instituciones como la UNAM y la Universidad de Chapingo intervinieron para convertir estos terrenos en espacios verdes activos, con un impacto ambiental positivo.
El programa ha crecido rápidamente, con árboles como ceibas, jacarandas, limones y fresnos plantados en diversas zonas de la capital, incluyendo camellones libres de cables eléctricos que permiten a los árboles alcanzar su máximo tamaño.
Carrillo destacó que, en algunos casos, los árboles ya comienzan a dar sombra y frutos, beneficiando directamente a las comunidades locales.
La cara más visible de Naturaleza sostenible también denuncia la criminalización de la que con parte este tipo de actores, pues recordó que en 2025 fue detenido y trasladado hasta el penal Reclusorio Norte por plantar un árbol. Incluso fue apodado el “criminal de banquetas”.
Impacto social y ecológico
El esfuerzo no solo tiene beneficios ambientales, sino también sociales.
Fernando Martínez, uno de los padrinos, explicó que decidió participar en la iniciativa como una forma de mitigar las altas temperaturas en su comunidad.
«Decidimos sembrar estos arbolitos porque sentimos que el calor es impactante año con año. Y esto va a ser un granito de arena”, comentó.
El objetivo de Naturaleza Sostenible es ambicioso: reforestar masivamente la Ciudad de México y eventualmente extender el proyecto a las azoteas verdes, transformando el paisaje urbano en un espacio más habitable y ecológico.
Con información de Más Información.