COLUMNA

-La verdad no revelada del atropello del domingo

-Víctor Quintana y Martín Solís, resultan ser investigadores

-¿Qué ofreció Ariel Fernández para crear su puesto en Morena?

TRASCIENDE entre locatarios y vendedores cercanos a la menudería “Las Campanas” que no está revelándose la verdad respecto al atropello del domingo fuera del local de comida.

Las versiones de quienes presenciaron el acto, apunta a que el fiscal General del Estado, César Jáuregui, era quien conducía el vehículo que arrolló a las dos mujeres y a los menores que estaban sobre la banqueta tratando de ganarse la vida con su tradicional “kórima”.

Incluso hay quienes dicen que el funcionario público es cliente frecuente del lugar pero en esta ocasión, las bebidas espirituosas habían tomado cuerpo y alma del ex diputado pero en cuestión de segundos y minutos, fue relevado del asiento del conductor para que la responsabilidad cayera sobre uno de sus escoltas.

RESULTA que Víctor Manuel Quintana Silveyra, ex diputado y ex funcionario en el quinquenio pasado, y Martín Solís Bustamante, líder moral de El Barzón, son investigadores.

La Jornada, periódico de alcance nacional, lanzó la publicación respecto a la existencia de miles de pozos ilegales en la región precisamente donde se asienta la Comunidad LeBarón con quienes han tenido enfrentamientos por los derechos del agua e incluso han invadido y balaceado el rancho “La Mojina” sin que se conozcan las consecuencias legales.

Ambos líderes ligados a la izquierda, son calificados como “investigadores” en la publicación pero no se aclara si del sistema de Conacyt (que hasta donde se sabe, no están registrados como tal) o del alguno otro.

Aunque Rubén Villalpando es un excelente periodista, no mintió, dijo lo que le contaron. Y es entrar en un profundo análisis e historia de la Comunidad  y familia LeBarón y su desarrolló en la región.

Pero a esa “verdad” falta por aclarar el destino de las denuncias penales contra El Barzón por la invasión y balazos contra el rancho “La Mojina”; los millones destinados a los productores de la región pero que llegan a las cuentas de esos líderes sociales; los pozos y sus respetivos permisos que un hermano de Martín tiene dentro de sus propiedades, escudriñar el papel de éste dentro de la administración anterior -sobre todo en Desarrollo Rural- y varios etcéteras más.

VOTOS, patrocinios, enlaces, territorio o lo que usted quiera pensar es lo que debió ofrecer Ariel Fernández en Morena para que le crearan un puesto que no está dentro de los estatutos de ese partido político, vaya, le crearon un espacio justo para él y que nadie más nunca iba a ocupar.

La realidad puede comprobar trabajo, por eso el respetable lo reeligió como su alcalde en Aquiles Serdán en 2018 pero eso no le alcanzó, al menos a los ojos tricolores, para ser el líder del PRI cuando se postuló para el puesto que perdió contra Alejandro Domínguez Domínguez, ex diputado federal y local.

Pero también es cierto que Ariel se ha mantenido fuera de la palestra pública desde esa derrota y cuando ha aparecido, es precisamente para ver las flaquezas que son más que evidentes en el tricolor.

Ahora en el partido guinda -hijo no reconocido del PRI y del PAN y del PRD y de los otros partidos- es que deberá ganarse la confianza de los fundadores y lograr un avance en el territorio, pues del tamaño que se vio su llegada sería ver la caída.