Nueva York. La posibilidad de que Rafael Caro Quintero sea condenado a la pena de muerte en Estados Unidos permanece vigente, de acuerdo con lo expresado el martes por la Fiscalía estadounidense durante una audiencia en la corte federal del Distrito Este de Nueva York. El proceso se enmarca en el caso del asesinato del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, ocurrido en Guadalajara en 1985.

Durante la diligencia judicial, la Fiscalía confirmó que sigue preparando pruebas, incluidas grabaciones inéditas de la tortura del agente, para sustentar su acusación.

La defensa de Caro Quintero, representada por la abogada Elizabeth Macedonio, presentó como estrategia un “paquete de mitigación” con el propósito de evitar que el caso sea tratado como capital, lo que abriría la puerta a una posible condena de muerte.

Macedonio argumentó que el crimen ocurrió hace cuatro décadas y que el paso del tiempo debe ser considerado. También indicó que el proceso de extradición desde México podría presentar elementos legales relevantes para la defensa. Caro Quintero no estuvo presente en la audiencia, aunque fue representado por su equipo legal.

La periodista Roberta Garza, en entrevista para Grupo Fórmula, informó que también se abordó el caso de Ismael Quintero, sobrino del acusado, quien sí acudió personalmente a la corte. “Se trató de la pena de muerte de él y de su sobrino. La Fiscalía confirmó que está sobre la mesa. La defensa de justicia de Estados Unidos dijo que definitivamente está sobre la mesa”, declaró Garza.

El juez Frederick Block estableció el 18 de septiembre como la fecha para la próxima audiencia, cuando se espera que la defensa haya entregado formalmente el paquete de descargo. Con base en ese documento, el juez determinará si el caso avanza bajo la figura de crimen capital.

Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, enfrenta múltiples cargos, entre ellos crimen organizado, tráfico de drogas, posesión de armas de fuego y homicidio. La acusación principal es su presunta participación intelectual y material en el secuestro, tortura y asesinato del agente Camarena.

Durante la audiencia estuvieron presentes seis agentes de la DEA, un hecho interpretado como una manifestación de la importancia del caso para las autoridades estadounidenses. El documento de acusación incluye también a Ismael Quintero y, según Garza, contiene un recuadro en negro que podría sugerir la existencia de otro implicado cuya identidad no ha sido revelada.

La fiscal Saritha Komatireddy, quien también lideró el caso contra Genaro García Luna, advirtió que se trata de un proceso delicado, con evidencia clasificada y altamente sensible. Indicó que la solicitud de pena de muerte se mantiene como una opción si no se acepta el paquete de mitigación.

El equipo legal de Caro Quintero fue reforzado con las abogadas bilingües Virginia G. Álvarez y Cristina Álvarez, quienes cuentan con experiencia en litigios federales complejos. Ambas trabajarán en la construcción del argumento de descargo, en un intento por evitar que el caso sea elevado al máximo castigo.

La acusación se sustenta también en intercepciones telefónicas, decomisos de drogas y autopsias de otros homicidios vinculados a las actividades del Cártel de Guadalajara y del Cártel de Sinaloa. Según los documentos judiciales, estos elementos podrían ser clave en el desarrollo del proceso.

La defensa tiene hasta mediados de septiembre para presentar sus argumentos ante el juez. La fecha fijada para la audiencia será determinante para el curso legal del caso, y para definir si la pena capital se convierte en una posibilidad concreta para el llamado “Narco de Narcos”.

Este juicio ha sido señalado como un caso emblemático para las agencias estadounidenses, que lo consideran una muestra del compromiso por sancionar los crímenes contra sus agentes en el extranjero. La decisión del juez Frederick Block será observada de cerca por diversas instancias, tanto legales como diplomáticas.

Con información de Más Información.