CDMX. En México, las niñas y adolescentes continúan enfrentando una serie de violencias estructurales y sistemáticas, que van desde feminicidios y trata de personas hasta ciberacoso y maternidades forzadas.
Entre 2015 y 2023, se registraron 745 feminicidios contra menores de edad, lo que subraya la gravedad de la violencia de género en el país. A pesar de estos alarmantes números, los esfuerzos gubernamentales han sido insuficientes para abordar la problemática de manera integral y proteger a este grupo vulnerable.
De acuerdo con el informe más reciente de la organización Save the Children, titulado ‘Análisis situacional de las violencias que afectan a las niñas y oportunidades de acción pública renovadora’, las condiciones sociales, económicas y culturales perpetúan la violencia contra las niñas en México.
Entre los principales factores que contribuyen a esta situación se incluyen la presencia del crimen organizado, la violencia comunitaria y familiar, la cultura machista y la falta de oportunidades, lo cual pone en riesgo no solo su bienestar, sino su derecho a decidir sobre sus cuerpos y su futuro.
El feminicidio, la forma más extrema de violencia de género, ha cobrado la vida de cientos de niñas y adolescentes. De los 745 feminicidios registrados entre 2015 y 2023, 478 fueron cometidos con elementos no especificados, 113 con arma blanca y 106 con arma de fuego, mientras que en 48 casos no se detalló el método utilizado. Lo preocupante es que en la mayoría de estos casos, no se esclarecen las causas exactas de la muerte, aunque se sugiere que muchos involucran asfixia, ahorcamiento o ahogamiento.
Las desapariciones son otro de los problemas más graves. Entre 2013 y marzo de 2024, desaparecieron 10,595 menores de entre 0 y 17 años, de los cuales 5,487 eran mujeres. El riesgo aumenta significativamente a partir de los 12 años, cuando las niñas y adolescentes se convierten en blanco de secuestros y trata con fines de explotación sexual. Las entidades con mayor número de desapariciones de menores en la última década incluyen Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Zacatecas y Nuevo León.
En América Latina, México es uno de los países más peligrosos para las niñas y adolescentes, especialmente en cuanto a la trata de personas. Entre 2015 y 2023, se registraron 4,630 víctimas de trata en el país, de las cuales 1,787 eran niñas y adolescentes. Aunque la explotación sexual es la forma más común, la trata también ocurre en otras modalidades como la mendicidad, matrimonios forzados y actividades delictivas. A nivel global, tres de cada diez víctimas de trata son niñas o adolescentes, una cifra alarmante que refleja la falta de protección adecuada.
El embarazo infantil sigue siendo una realidad preocupante. Mientras los embarazos en adolescentes de 15 a 19 años han disminuido, la tasa en niñas menores de 15 años aumentó de 2.71 en 2015 a 2.81 en 2022. Esta situación pone en riesgo su vida, ya que el riesgo de muerte materna es cuatro veces mayor en niñas menores de 15 años.
Por otro lado, las uniones forzadas siguen ocurriendo a pesar de la prohibición legal en el Registro Civil desde 2020. Para ese año, más de 313,000 niñas, niños y adolescentes vivían en uniones infantiles, el 76 por ciento de ellas mujeres, muchas de las cuales se encontraban unidas a hombres que les superaban por al menos seis años de edad.
El ciberacoso se ha convertido en una de las formas más comunes de violencia hacia las niñas y adolescentes. El informe de Save the Children señala que el 30.1 por ciento de las jóvenes entre 12 y 19 años han sido víctimas de ciberacoso, en comparación con el 23 por ciento de los varones en el mismo rango de edad. Los tipos más comunes de violencia digital incluyen críticas a la apariencia, propuestas sexuales no deseadas, usurpación de identidad y amenazas de difundir información privada.
Durango es el estado con mayor prevalencia de ciberacoso en niñas, seguido por Guanajuato y Colima.
Save the Children advierte que el ‘grooming’ –cuando un adulto se gana la confianza de un menor de edad con el fin de explotarlo– y otras formas de violencia digital son amenazas crecientes, especialmente después de la pandemia por covid-19, cuando las niñas y adolescentes pasaron más tiempo en internet, expuestas a riesgos que se han intensificado en los entornos digitales.
La reciente toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta ofrece, según Save the Children, una oportunidad única para enfrentar de manera efectiva la violencia de género contra niñas y adolescentes. Durante la presentación del informe, Kirk Glas, CEO de la organización, instó a la mandataria a implementar políticas públicas enfocadas en la protección de las menores, subrayando que estas son el corazón de la transformación social y de la lucha por la igualdad de género.
Nancy Ramírez, directora de incidencia política de Save the Children, coincidió con esta visión y destacó la importancia de que las medidas anunciadas por Sheinbaum incluyan un enfoque específico en niñas y adolescentes. Aunque la creación de un Registro Nacional de Medidas de Protección para Mujeres, Adolescentes, Niñas y Niños es un avance, Ramírez insistió en que las políticas deben adaptarse a las necesidades diferenciadas de cada grupo etario. México enfrenta el reto de asegurar un futuro sin violencia para sus niñas, una tarea que requiere el compromiso de todas las instituciones y de la sociedad.
Con información de Más Información.