CDMX. La migración infantil en México enfrenta una crisis silenciosa pero alarmante. Actualmente, más de 137 mil niñas, niños y adolescentes migran sin compañía por el territorio nacional, según un estudio conjunto realizado por las organizaciones Save the Children y Plan Internacional. Los hallazgos advierten que esta población se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad, expuesta a riesgos como violencia, trata de personas, reclutamiento forzado y desprotección institucional.
El informe se basó en la participación de 155 menores de edad y sus cuidadores en tres ciudades fronterizas: Ciudad Juárez, Chihuahua; Reynosa, Tamaulipas; y Tijuana, Baja California. La mayoría de los niños y niñas entrevistados se encuentra en albergues superpoblados, fuera del sistema educativo y en entornos inseguros donde sus derechos fundamentales siguen sin ser garantizados.
“Este estudio ha revelado que los niños, niñas y adolescentes migrantes no encuentran seguridad cuando cruzan la frontera con México: encuentran más miedo, más espera y más tiempo perdido”, señaló Reena Ghelani, directora ejecutiva de Plan Internacional, al presentar los resultados del análisis.
Las razones que impulsan el desplazamiento varían según el origen de los menores. En el caso de infancias extranjeras —provenientes principalmente de Honduras, Venezuela, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Colombia, Nicaragua y República Dominicana— las causas son la reunificación familiar, la huida de amenazas criminales o conflictos armados. Por su parte, los menores mexicanos migran forzadamente desde estados como Michoacán, Chiapas y Guerrero, impulsados por la pobreza extrema y la violencia estructural.
En Reynosa, uno de los grupos focales reveló que un 7.7 % de los menores entrevistados no conoce la razón de su desplazamiento. Este desconocimiento, explican los investigadores, puede deberse a la falta de comunicación por parte de los padres o tutores.
Las dificultades no terminan al cruzar la frontera. Uno de los principales obstáculos detectados es la falta de acceso a medios de comunicación, lo que impide a muchos menores mantener contacto con sus familias. En casos de migrantes procedentes de países lejanos como Afganistán, las diferencias horarias y la falta de conectividad agravan la sensación de abandono.
La educación, un derecho fundamental, también ha sido interrumpida para la mayoría de estos niños. Aunque el 70 % de ellos asistía a la escuela en sus países de origen, más de la mitad ha dejado de recibir educación formal en México. Entre los factores que explican esta exclusión están las barreras administrativas, la inseguridad en las comunidades receptoras y la ausencia de escuelas en los albergues.
Además, se reportaron casos de discriminación hacia menores migrantes por parte de comunidades locales. “Las infancias temen acercarse a la escuela porque creen que serán identificadas y llevadas a un albergue por viajar solas”, se recoge en los testimonios. Autoridades consultadas también confirmaron intentos de suicidio y fugas dentro de centros de atención del DIF.
El panorama institucional tampoco resulta alentador. Las organizaciones alertan sobre recortes presupuestales, cierre de programas sociales y una fragmentación en la atención de la infancia migrante entre el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. Esto provoca omisiones en la aplicación efectiva de la “Ruta de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en situación de migración”, mecanismo diseñado para salvaguardar sus derechos.
A pesar de que algunas infancias migran acompañadas por familiares como madres o hermanos —en el 57 % de los casos—, también se identificó que muchos menores hacen el recorrido con personas ajenas, incluidos polleros o migrantes que conocen en el trayecto, lo que eleva su vulnerabilidad.
El informe concluye que, lejos de encontrar protección en México, miles de infancias migrantes enfrentan un sistema desarticulado que no responde a sus necesidades. Las organizaciones llaman a las autoridades a reconocer la magnitud del fenómeno y actuar con urgencia para garantizar la protección integral de estos menores en tránsito o asentamiento dentro del país.
Con información de Más Información.