Pekín, China. Casi un año después de que Rusia comenzara su guerra contra Ucrania, hay indicios de que China podría estar reconsiderando el concepto de «amistad sin límites» que se reveló de manera memorable días antes de la invasión.
Conmocionado por los fracasos de Putin en Ucrania y enfrentando sus propios problemas, Pekín está tratando ahora de limitar el impacto negativo de las acciones de Rusia y reparar su relación con Occidente.
Apenas 20 días antes de que Rusia invadiera a gran escala Ucrania, a principios de febrero del año pasado, el presidente Vladimir Putin se reunió con el líder chino Xi Jinping.
En este histórico encuentro, los mandatarios hablaron de «amistad sin límites» y «sin zonas prohibidas en materia de cooperación».
El periódico Financial Times contó entonces que sus fuentes habían confirmado que los dos líderes hablaron sobre Ucrania en esa reunión, y el presidente Putin «no descartó tomar ninguna medida» si Rusia fuera atacada.
Pero aparentemente, el presidente ruso no mencionó ningún plan para atacar a su vecino.
El precario equilibrio de Pekín
Aunque no podemos estar seguros de que Xi Jinping desconociera los planes bélicos de Rusia, el hecho de que China se abstuviera de votar para condenar las acciones de Moscú en marzo -en lugar de votar en contra- muestra que Pekín no quería cerrarse ninguna puerta.
Al principio de la guerra, algunos en China mostraron entusiasmo por las acciones militares de Rusia.
Y muchos compartieron un video traducido del discurso del presidente Putin anunciando el inicio de la «operación militar especial», el término que usa Moscú para referirse a la guerra en Ucrania.
Pero oficialmente Pekín ha mantenido una ambigüedad estratégica.
Por un lado, los líderes chinos culparon a Washington por el inicio del conflicto, diciendo que era la consecuencia de la expansión de la OTAN en Europa.
Por el otro, China no ha tenido prisa por brindar una asistencia significativa a Moscú.
Pekín mide con mucho cuidado su apoyo a Rusia.
Otro importante periódico, el Washington Post, afirma que Rusia ha pedido repetidamente a China apoyo, tanto financiero como tecnológico.
El Post informó que aunque Xi no se opuso a encontrar formas de «cooperación mutuamente beneficiosas con Moscú», en realidad todas las negociaciones fueron «tensas».
Según la fuente del Washington Post, China «comprende la situación de Rusia, pero no puede ignorar su propia situación».
Limitando el daño
La única vez que los líderes de los dos países se han reunido desde el inicio de la guerra fue a mediados de septiembre, en un foro internacional en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
Esto se produjo al mismo tiempo que Ucrania llevaba a cabo una contraofensiva, que le permitió recuperar grandes partes de territorio que Rusia había anexado solo unas semanas antes.
Después de la reunión, el presidente Putin dijo que apreciaba mucho la «posición equilibrada de los amigos chinos» sobre la guerra.
El presidente Xi Jinping expresó la disposición de China «junto con Rusia, para asumir el papel de grandes potencias y desempeñar un papel de liderazgo para traer estabilidad y energía positiva al mundo».
Sin embargo, detrás de las palmadas en la espalda mutuas para las cámaras había una realidad complicada.
La guerra en Ucrania creó una serie de problemas para China que no podían resolverse ni cubrirse fácilmente.
La crisis del costo de vida causada en parte por la guerra energética que Rusia libró en Europa ha significado que los consumidores europeos hayan tenido mucho menos efectivo para gastar en productos chinos.
Con información de BBC