Recientemente se cumplieron 39 años del peor desastre nuclear de la historia. Fue el 26 de abril de 1986 cuando una explosión en la Central Nuclear de Chernóbil cubrió toda Europa con una enorme nube tóxica.

Dicha zona se ubicaba al norte de la extinta Unión Soviética (territorio que hoy es Ucrania) y desde entonces se encuentra cercada, sin embargo, el temor de que se repita el accidente no se termina, pues todavía hay material radiactivo.

¿Qué pasó en Chernóbil hace 39 años?

El accidente nuclear en lo que hoy es Ucrania ocurrió debido a la explosión del reactor 4 que albergaba material tóxico como curio, uranio y plutonio. Todo pasó de madrugada, cuando los empleados hacían una prueba de seguridad que, se suponía, era de rutina.

Pese a lo peligroso del entorno, en junio de 1986 trabajadores regresaron a la planta para construir un domo de acero y hormigón que tapara los restos del material radiactivo; para 1990, descubrieron que los metales aún eran funcionales y que la cubierta tenía fisuras.

A través de éstas era probable que se filtrara el agua, lo que aumentaba el riesgo de que ésta entrara en contacto con los metales y se desatara otra explosión; pero no fue sino hasta 2017 que construyeron el domo -conocido como El Sarcófago Gigante- que hoy cubre la planta.

La guerra aumentó el miedo

Es importante recordar que el 24 de febrero de 2022, Rusia comenzó a invadir Ucrania y precisamente Chernóbil fue uno de los primeros territorios en ser ocupados por las tropas enviadas por Vladimir Putin.

La ciudad tiene un cerco de 30 kilómetros y por ello solo fue un sitio de paso para los soldados rusos que se dirigían a la capital, Kiev; aunque el temor de que un ataque aéreo o terrestre pudiera por error alcanzar la planta nuclear se ha mantenido latente desde entonces.

¿Aún hay riesgo en Chernóbil ?

Chernóbil actualmente no está habitada en al menos 20-30 km. debido a que aún hay niveles de toxicidad en ella, sin embargo, el riesgo de un nuevo accidente nuclear es real, ya que el paso del tiempo inevitablemente irá degradando el gran domo que cubre la planta.

Hace un par de años, Epifanio Cruz Zaragoza, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habló sobre los riesgos que aún se corren en la zona de exclusión.

En entrevista con UNAM Global, el experto dijo que el uranio al interior de la planta sigue ‘vivo’ y que si entraba en contacto con agua filtrada se podría desencadenar una nueva fisión nuclear; no obstante, aseguró que este accidente no sería tan catastrófico como el de 1986.

La razón es que el material que se encuentra enterrado en Chernóbil ya está fundido, a diferencia del de hace 39 años, que se encontraba en estado puro y que reaccionó con grandes cantidades de agua debido a que la planta estaba en operaciones.

Así se puede reducir el peligro

El investigador en temas nuclearon afirmó entonces que era posible evitar una nueva explosión, y ofreció dos alternativas:

Evitar que el agua llegara al ‘sótano’ donde se encuentra el uranio o intentar secar la más que se pueda para evitar una reacción con el metal; incluso sugirió la participación de pequeños robots en estas tareas.

Verter un compuesto químico llamado nitrato de gadolinio para que absorba los neutrones del uranio y así se reduzca la probabilidad de fisión.

Con información de Excelsior.