¿Cuántas veces no les ha pasado que se encuentran en la fila del banco y el llamado de la naturaleza se presenta de manera inoportuna a pesar de la prisa de un día atareado y una fila larga aún por esperar?

Quizás esto no le haga tanto sentido como hace algunos años gracias a la incorporación de más operaciones a la banca digital, pero para muchas personas que aún no están incorporadas a las nuevas tecnologías o que son de menores recursos esto es un problema a enfrentar más seguido de lo que muchos se imaginan.

Las personas mayores que reciben su pensión o los apoyos gubernamentales tienen que hacer largas filas para poder disponer de su dinero y poder utilizarlo en su día a día, y ellos son los principales afectados debido a que en algunos casos ya presentan condiciones como la incontinencia urinaria que pueden convertirse en una pesadilla al momento de ir al banco.

Imagine esto: tres horas en la fila para retirar el efectivo y los bancos no cuentan con un baño que puedan facilitarles a sus clientes; mamás que llevan a sus hijos de menos de tres años y que tienen que cambiar un pañal en este preciso e inoportuno momento; un diabético que tiene que ir más seguido al baño por su padecimiento y no hay uno cerca…

La realidad es que para muchos negocios poner un baño de uso público puede resultar inconveniente porque representa tener una persona que lo limpie constantemente, insumos y la posibilidad de que entre gente que no será su cliente, lo cual es bastante habitual en los restaurantes.

También hay que considerar que para una ciudad creciente, el espacio se convierte en un recurso que es necesario administrar de la mejor manera en todo momento. Los metros cuadrados que representa tener baños que estén a disposición de la gente pueden resultar en perder espacio que tienen considerado para algún otro aspecto estratégico.

Pero ya que hablamos de estrategia: ¿qué mejor estrategia que tener un baño limpio a disposición de los clientes?

Para mucha gente esto puede representar el elemento que inclina la balanza para que vayan a ese negocio o sucursal solo por la garantía de que encontrarán un baño limpio; después de todo, el llamado de la naturaleza puede tornarse impredecible conforme avanza la edad o cuando se tienen niños.

Ahora bien, ¿no deberíamos tener legislación al respecto como un derecho humano?, ¿cómo es posible que se legisle tener el derecho humano al internet y no a poder disponer de un baño? O visto de esta manera, ¿cómo podemos hablar de una vida digna cuando no se puede tener un baño para situaciones de emergencia fuera de casa?

Lamentablemente en ese sentido adolecemos de un gran retraso legislativo, pues claramente no hay una ley que obligue a los establecimientos a tener baños a disposición de las personas que puedan necesitarlos.

En países más avanzados legislativamente, esto ya es una realidad y se considera la dignidad humana hasta en los factores más mínimos, lo cual muestra que, en sentido estricto, jurídicamente, y pese al impulso a los derechos humanos, en estos temas nos encontramos aún en ¿pañales? Algunos dirían que es la solución para la falta de baños.

Sin embargo, esto también pudiera verse como una situación de cultura. Citemos otro ejemplo de lo que sucede: cuando estamos en el supermercado o en alguna fila larga en un establecimiento, el personal está capacitado para asumir roles de otras áreas para poder apoyar, como en el supermercado, donde otros empleados pueden tomar una caja cerrada y abrirla para desfogar mucho más rápido la cantidad de clientes.

En nuestro país, por desgracia es más común ver que empleados que pudieran hacer algo al respecto se quedan solamente viendo sin hacer nada, y tampoco es que sea su culpa, sino de la cultura organizacional que se ve sumamente retrasada en nuestro país y que muchas empresas se niegan a actualizar.

Hay muchos temas que legislar con urgencia, temas que probablemente se lleguen a atorar por caprichos politiqueros de partido, pero que todos sabemos que son necesarios de implementarse, y es por ello que hacemos un llamado a que las legislaciones, y en particular la federal, dejen de perder tiempo y recursos en temas irrelevantes.

Con información de Marco Campos Mena / Más Información.