Sinaloa. Sinaloa se ha convertido en el estado más letal para quienes portan uniforme. En lo que va de 2025, ha encabezado la lista de entidades con más policías asesinados en México, lo que lo coloca como una de las regiones más peligrosas para ejercer labores de seguridad pública.

La información fue publicada por el portal Animal Político, con base en datos del organismo Causa en Común, el cual reportó que, entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año, 25 policías fueron asesinados en Sinaloa, superando a entidades tradicionalmente violentas como Guanajuato, Zacatecas y el Estado de México.

El informe muestra que, durante el primer semestre del año, 212 elementos de corporaciones policiales estatales y municipales fueron asesinados en el país. De ese total, uno de cada ocho cayó en Sinaloa, lo que revela una violencia focalizada y constante contra los cuerpos de seguridad en la entidad.

A lo largo de los últimos cinco años, Sinaloa ha mantenido un patrón de agresiones mortales contra policías, pero 2025 marca un repunte inusitado, con un promedio de más de cuatro agentes asesinados por mes. Según Causa en Común, muchos de estos homicidios son perpetrados por grupos del crimen organizado, en contextos de emboscadas o ataques directos, lo que sugiere una estrategia deliberada para debilitar la presencia del Estado en ciertos territorios.

En contraste, los recursos destinados a protección, capacitación y equipamiento de los policías siguen siendo insuficientes. La organización civil señala que muchos de los agentes asesinados patrullaban sin chalecos antibalas, armamento adecuado o protocolos actualizados de actuación ante amenazas de alto riesgo.

El fenómeno no es aislado. Entidades como Guanajuato (con 21 policías asesinados), Zacatecas (17), Estado de México (15) y Veracruz (14) completan el listado de los cinco estados con más agentes caídos en 2025. No obstante, Sinaloa destaca por la crudeza y frecuencia de los ataques, a pesar de los operativos federales implementados en la región.

La tendencia, advierte Causa en Común, refleja una crisis estructural de seguridad pública, donde los policías —muchas veces con salarios precarios y sin garantías— enfrentan una guerra no declarada en las calles. A falta de políticas efectivas de protección y dignificación del servicio, los uniformados siguen engrosando las estadísticas de víctimas mortales, sin que se observe una estrategia nacional contundente para frenar esta sangría.

Con información de Animal Político.