CDMX. Una mujer en México debe trabajar 61 días más al año que un hombre para percibir el mismo salario. Esta es una de las principales conclusiones que especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y datos oficiales han puesto sobre la mesa para evidenciar la persistente brecha salarial de género en el país.
Según cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad, mientras los hombres perciben en promedio 11 mil 490 pesos mensuales, las mujeres ganan 9 mil 825 pesos. Esta diferencia existe a pesar de que la Ley Federal del Trabajo, en su artículo 86, establece que a trabajo igual debe corresponder salario igual.
Expertas como Virginia García, académica de la Facultad de Economía de la UNAM, señalan que esta disparidad va más allá del ingreso económico. “La brecha salarial no es una cuestión individual, sino reflejo de cómo se organiza el mercado y el hogar”, indicó. Añadió que la economía tradicional invisibiliza el trabajo no remunerado que sostiene el sistema económico, a diferencia de la economía feminista que reconoce el valor de las tareas domésticas y de cuidado.
Datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2019 indican que las mujeres mexicanas dedican 42.8 horas semanales a labores no remuneradas, frente a las 16.9 horas que destinan los hombres. Este trabajo invisible, según el INEGI, representa el 26.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, equivalente a 8.4 billones de pesos.
Esta carga desproporcionada impide a muchas mujeres insertarse en empleos formales o de tiempo completo, lo que limita su autonomía económica. Violeta Rodríguez del Villar, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, advirtió que la brecha salarial también está vinculada con el tipo de empleo que desempeñan las mujeres. “Están sobrerrepresentadas en trabajos de horarios reducidos, irregulares o informales”, explicó.
Según un estudio de Rodríguez del Villar basado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2024, los horarios laborales reducidos o irregulares disminuyen los ingresos en un 26.2 y 45.7 por ciento, respectivamente. Además, las mujeres ganan en promedio un 11.9 por ciento menos por hora trabajada.
El análisis, que utiliza el modelo Blinder-Oaxaca, muestra que una parte significativa de la diferencia salarial no se explica por factores objetivos como la educación o la experiencia, sino por discriminación de género. La académica sostuvo que “alrededor del 50 por ciento de las mujeres en México nunca alcanzará la independencia económica”.
La edad es otro factor determinante. Las mujeres enfrentan más obstáculos laborales después de los 39 años, mientras que los hombres conservan altas tasas de ocupación hasta la edad de retiro. Además, el estado civil y la maternidad reducen las oportunidades laborales para las mujeres debido a estereotipos que persisten en las decisiones de contratación.
ONU Mujeres ha documentado que las mexicanas ganan en promedio un 15 por ciento menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, incluso con niveles educativos iguales o superiores.
Para enfrentar esta problemática, las especialistas proponen medidas integrales que incluyan la redistribución del trabajo no remunerado, el fortalecimiento de los servicios públicos de cuidado, el acceso equitativo a la educación técnica y media, y políticas que beneficien a mujeres en situación de vulnerabilidad.
Ambas expertas concluyen que cerrar la brecha salarial no es sólo una cuestión de justicia económica, sino de garantizar el pleno derecho de las mujeres a una vida autónoma. Mientras no se modifiquen las estructuras del mercado laboral y las dinámicas dentro del hogar, la igualdad de género seguirá siendo una meta lejana.
Con información de Más Información.