Ciudad del Vaticano. A lo largo de más de una década de pontificado, el papa Francisco impulsó una serie de reformas estructurales, pastorales y doctrinales que marcaron una transformación profunda en la Iglesia Católica. Desde su elección el 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio promovió una Iglesia menos centralizada, más abierta a las periferias y con un enfoque pastoral centrado en la misericordia, la inclusión y la justicia social.

Reestructuración de la Curia Romana

Una de las reformas más significativas fue la reestructuración de la Curia Romana, cristalizada en 2022 con la constitución apostólica Praedicate Evangelium. Esta reorganización redujo la burocracia, fusionó organismos y abrió la posibilidad de que laicos, incluidas mujeres, dirijan dicasterios. “El poder en la Iglesia es servicio”, afirmó Francisco, al explicar su visión sobre una Curia al servicio de la misión evangelizadora.

Cero tolerancia a los abusos sexuales

La lucha contra los abusos sexuales fue otro eje de su pontificado. Con la carta apostólica Vos estis lux mundi (2019), estableció nuevas reglas obligatorias para denunciar abusos dentro del clero y garantizó protección a los denunciantes. Tras los errores iniciales en el caso chileno, Francisco tomó medidas inéditas, como la reducción al estado laical del cardenal Theodore McCarrick, y eliminó el secreto pontificio en los casos de abuso.

Transparencia económica

En materia económica, el Papa promovió mayor transparencia en las finanzas del Vaticano. En 2014 creó el Secretariado para la Economía, encabezado por laicos, y reforzó los controles sobre inversiones. Como parte de esta política, se cerraron 5,000 cuentas bancarias sospechosas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR). En 2023, el cardenal Angelo Becciu fue condenado por corrupción, en un fallo sin precedentes que alcanzó a la jerarquía eclesiástica.

La mujer en el Vaticano

El papel de la mujer también cambió sustancialmente. Por primera vez, mujeres laicas y religiosas ocuparon altos cargos en el Vaticano. Entre ellas, Alessandra Smerilli como secretaria del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, Emilce Cuda en la Comisión para América Latina, y Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos. En 2022, el Papa declaró: “Estoy abierto a darles una oportunidad”.

Reforma de procesos de nulidad matrimonial

En el ámbito del derecho canónico, Francisco reformó los procesos de nulidad matrimonial para hacerlos más ágiles y gratuitos. Desde 2015, los obispos diocesanos pueden resolver directamente los casos evidentes. “Debemos cuidar el dolor y la esperanza de quienes buscan la verdad sobre su matrimonio”, expresó en enero de 2025.

Acercamiento a la periferia

La diplomacia vaticana también vivió una redefinición. Francisco priorizó los márgenes del poder global, visitando países poco tradicionales para un pontífice como Irak, Mongolia, Hungría, Papúa Nueva Guinea o Timor Oriental. Promovió el diálogo interreligioso y fue mediador en el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba en 2014. Sin embargo, su posición respecto a la guerra en Ucrania enfrentó tensiones, especialmente con la Iglesia ortodoxa rusa.

Migrantes y medio ambiente

En el plano social, Francisco fue un defensor de los migrantes y el medio ambiente. Denunció las tragedias humanas en el Mediterráneo y exigió mayor solidaridad en Europa. En 2015 publicó Laudato Si’, su encíclica ecológica, donde llamó a una “revolución cultural” ante la crisis climática. En 2020, con Fratelli Tutti, abogó por una reforma profunda del sistema internacional y una gobernanza global más justa.

Inclusión

El pontificado también abordó temas de inclusión. En una carta reciente, el Papa aclaró que las bendiciones a parejas del mismo sexo no deben confundirse con el matrimonio sacramental, pero reconoció el valor espiritual de quienes buscan a Dios. Esto generó fuerte resistencia en sectores conservadores. Cardenales como Raymond Burke y Joseph Strickland cuestionaron públicamente al pontífice a través de las llamadas “dubia”.

Aborto

Sobre el aborto, mantuvo la postura tradicional de la Iglesia, considerándolo un “homicidio”, pero permitió a todos los sacerdotes conceder el perdón a quienes lo cometieran, en un intento por tender puentes con los fieles alejados.

Una iglesia transformada

Las reformas de Francisco enfrentaron tensiones internas, pero también sentaron bases para una nueva etapa en la Iglesia. El Colegio cardenalicio, renovado por él en un 80% con perfiles provenientes de Asia, África y América Latina, elegirá al próximo Papa. Francisco promovió una Iglesia global, menos centrada en Europa, más abierta a los desafíos contemporáneos y con un mensaje de cercanía, compasión y compromiso social.

Sus reformas buscaron construir una Iglesia en salida, coherente con los principios evangélicos, dispuesta a acompañar al mundo desde sus periferias y con una visión pastoral más humana y abierta a la complejidad del siglo XXI.

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