CDMX. Claudia Sheinbaum ha cumplido seis meses en la Presidencia de México con un nivel de aprobación del 82%, según las encuestas más recientes, pero enfrenta una distancia notable respecto a los líderes legislativos de su propio partido.

La relación entre la jefa del Ejecutivo y los senadores y diputados de Morena y sus aliados ha mostrado signos de tensión, pese a que cuenta con una mayoría parlamentaria. Las dificultades en el manejo interno del partido contrastan con el reconocimiento nacional e internacional que ha recibido por su actuación frente a la política comercial de Estados Unidos.

Durante las últimas semanas, Sheinbaum ha sostenido negociaciones con el presidente estadounidense Donald Trump, quien anunció nuevos aranceles globales pero eximió a México y Canadá de los más severos. Esta gestión fortaleció la imagen de la presidenta, tanto por la diplomacia ejercida como por su respuesta a las exigencias en materia de seguridad. Sin embargo, en el ámbito legislativo, las decisiones no siempre han reflejado alineamiento con el Ejecutivo.

A comienzos de marzo, el Congreso pospuso la entrada en vigor de la ley contra el nepotismo propuesta por Sheinbaum. El proyecto fue modificado por los legisladores, quienes aprobaron su implementación hasta 2030, en lugar de antes de las elecciones intermedias de 2027 como pedía la presidenta. El jefe de la bancada morenista en el Senado, Adán Augusto López, y el líder del Partido Verde, aliado político, fueron actores clave en ese cambio de fechas.

Otro episodio relevante fue la decisión del Congreso de mantener el fuero de Cuauhtémoc Blanco, diputado acusado de violación. La bancada oficialista respaldó su permanencia, lo que generó críticas desde sectores feministas y cuestionamientos al compromiso del partido con la agenda de género, una expectativa importante ante el hecho de que México tenga por primera vez una presidenta mujer.

La imagen de los líderes del partido dándole la espalda a Sheinbaum mientras se dirigía al escenario en una reunión política reciente fue interpretada como un gesto simbólico de desafección. Aunque los involucrados ofrecieron disculpas, el episodio reforzó la percepción de que Sheinbaum no controla plenamente las riendas del partido ni de los órganos legislativos.

Especialistas en política nacional han señalado que esta situación representa un cambio respecto a gobiernos anteriores.

Según la politóloga Aritmética Jaime, en México, el presidente tradicionalmente ha dominado la política exterior, la interior y el partido, pero quizá eso no es lo correcto. Agregó que Sheinbaum no tiene un estilo autoritario y que las peleas internas del partido no le afectan por ahora. Para ella, la presidenta mantiene una legitimidad muy fuerte y elige estratégicamente cuáles batallas pelear.

Humberto Beck, historiador del Colegio de México, comparó el panorama político con un sistema de cohabitación. “Por momentos parece un gobierno dividido, una especie de cohabitación a la francesa”, dijo. En su opinión, conviven tres polos de poder: la presidenta, los líderes parlamentarios y la influencia persistente de Andrés Manuel López Obrador.

La herencia política del expresidente es uno de los factores que han marcado la actual distribución del poder. López Obrador organizó el proceso de sucesión dentro de Morena premiando a quienes compitieron con Sheinbaum por la candidatura presidencial. Los aspirantes derrotados, como Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña, fueron colocados en posiciones clave dentro del Congreso. Además, el hijo del expresidente, Andrés Manuel López Beltrán, ocupa el cargo de secretario de Organización del partido.

Antonio Sola, estratega político, apuntó que el partido, Morena, siempre ha sido un archipiélago de intereses y que ahora esto es más visible. Agregó que el nivel de machismo y de misoginia es muy grave en la política y que a los hombres les resulta difícil aceptar que una mujer les ordene.

A pesar de las diferencias con el Congreso, el respaldo popular de Sheinbaum se mantiene sólido. Analistas consideran que los logros en materia de política exterior y seguridad han reforzado su imagen ante la ciudadanía. Humberto Beck señaló que la presidenta ha evidenciado algunas fallas del sexenio anterior, especialmente en la lucha contra el crimen organizado.

Laura Aritmética Jaime considera que las tensiones dentro del partido no representan una amenaza inmediata para el proyecto presidencial. “Si le afectaran creo que intervendría”, afirmó. Sin embargo, reconoció que Sheinbaum enfrenta un dilema constante: “Si no gobierna con fortaleza se le criticará por ello, y si gobierna como antes lo hicieron los hombres, también”.

La distancia entre la presidenta y los líderes legislativos de su propio partido plantea un nuevo escenario político, en el que el control del Ejecutivo no garantiza necesariamente la conducción plena del Congreso. Esta dinámica marca una diferencia con administraciones anteriores y abre preguntas sobre el ejercicio del poder en la nueva etapa política del país.

Con información de Más Información.