Tultitlán. Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum celebró en el Zócalo capitalino los primeros 100 días de su gobierno y defendió los logros de la llamada Cuarta Transformación, en la colonia Cuarta Transformación de Tultitlán, los vecinos repudian ese nombre.
Durante el evento en la Plaza de la Constitución, Sheinbaum destacó que su administración trabaja para profundizar los cambios iniciados por su antecesor. «La Cuarta Transformación no solo es un proyecto de gobierno, es una revolución de conciencias, una forma de entender que el poder debe estar al servicio del pueblo», afirmó la mandataria. En el acto, que congregó a miles de simpatizantes de todo el país, se destacaron programas sociales y obras emblemáticas como parte del avance de este movimiento político.
En contraste, en Tultitlán, los vecinos de la ahora llamada colonia Cuarta Transformación continúan en disputa con las autoridades municipales. Aseguran que el cambio de nombre, además de ser inconsulto, complica la validez de documentos oficiales como credenciales de elector y genera confusión con el nuevo código postal asignado. Francisco Fuentes, abogado que los representa, señaló que la modificación fue «la gota que derramó el vaso» en un conflicto más amplio sobre la regularización de terrenos.
Sheinbaum subrayó en su discurso que su gobierno está comprometido con la justicia social y el bienestar de las comunidades más necesitadas. «Estamos construyendo el segundo piso de la Cuarta Transformación, porque la transformación no se detiene, porque es momento de redoblar esfuerzos por quienes menos tienen», afirmó. La mandataria enumeró logros en materia de apoyos económicos, educación y salud, buscando reforzar su mensaje de continuidad del proyecto iniciado por el expresidente López Obrador.
En tanto, los habitantes de Tultitlán han recolectado más de 500 firmas para solicitar la realización de una consulta popular que les permita decidir si se mantienen los nuevos nombres de la colonia y sus calles o si se restituyen las denominaciones originales de Fimesa I, II y III. Algunos vecinos consideran que la decisión del ayuntamiento forma parte de una estrategia para adjudicarse terrenos que aseguran haber adquirido legalmente.
La presidenta también destacó durante su informe que el éxito de la Cuarta Transformación se basa en la participación de la ciudadanía y en el respeto a los derechos de todos. «No hay transformación verdadera si no se escucha al pueblo, si no se atienden sus demandas y si no se respetan sus derechos. Ese es el camino que seguiremos recorriendo», concluyó ante los asistentes al Zócalo.
A pesar de las divisiones internas, los habitantes de la colonia coinciden en que el principal problema no es solo el nombre de las calles, sino la falta de certeza jurídica sobre sus propiedades. Además, demandan la regularización de los terrenos y la provisión de servicios básicos como agua potable, drenaje y alumbrado público.
Furia en las calles
La semana pasada un grupo de vecinos retiró los letreros que identificaban a las calles de la colonia con los nuevos nombres asignados por el ayuntamiento.
Los vecinos continúan organizándose para exigir la regularización de sus viviendas. De acuerdo con el Plan Municipal de Desarrollo Urbano, las autoridades han identificado asentamientos irregulares en al menos 15 colonias de la región, incluida la que ahora lleva el nombre de Cuarta Transformación.
Francisco Fuentes, abogado que asesora a los vecinos inconformes, indicó que el cambio de nombres fue el detonante de un conflicto más amplio relacionado con terrenos en disputa. Según el jurista, algunos lotes han sido identificados por el municipio como propiedad pública, lo que ha provocado incertidumbre entre los habitantes, quienes afirman ser los legítimos dueños.
En respuesta al descontento, los vecinos han recolectado más de 500 firmas para solicitar la intervención del Instituto Electoral del Estado de México y la realización de una consulta pública que les permita decidir si conservarán los nuevos nombres o regresarán a los originales. Además, se han presentado dos amparos colectivos en defensa de sus derechos, uno de ellos contra el cambio de nombre y otro por la demolición de viviendas ocurrida en los últimos años.
La disputa por los terrenos no es nueva. De acuerdo con declaraciones de la exalcaldesa Elena García, quien ahora ocupa un cargo como diputada, las propiedades en cuestión formaban parte del ejido San Francisco Chilpan y fueron adquiridas por el municipio. Sin embargo, los vecinos afirman haber comprado sus terrenos hace años y acusan a las autoridades de intentar adjudicárselos.
Algunos habitantes han señalado que el conflicto también está relacionado con demoliciones previas en la zona. Según testimonios, las autoridades derribaron viviendas construidas parcialmente en los años recientes, lo que aumentó las tensiones entre los residentes y el gobierno municipal.
En el marco de estas protestas, los vecinos han expresado opiniones divididas. Mientras algunos consideran que el cambio de nombres es secundario y priorizan la seguridad de sus terrenos, otros creen que regularizar la colonia podría ser una solución a los problemas de fondo, incluyendo la falta de servicios básicos como agua potable y alumbrado público.
Por su parte, Klariza, una vecina afectada, acusó a las autoridades de intentar aprovecharse de la situación para obtener beneficios económicos. Según su testimonio, algunos terrenos demolidos habrían sido vendidos a nuevos dueños.
A pesar de las divisiones internas, los vecinos coinciden en que el principal problema radica en la falta de certeza jurídica sobre sus propiedades. Mientras continúan las gestiones legales y sociales, las protestas por el renombramiento de las calles permanecen como símbolo de una lucha más amplia por la regularización y el reconocimiento de sus derechos.
Con información de Más Información.