Panamá. El número de migrantes que cruzó el Tapón de Darién en 2024 fue de 302.203, según revelaron el jueves funcionarios del Servicio Nacional de Migración de Panamá a la agencia Reuters. La cifra es 42% menor a la documentada por las autoridades durante 2023, cuando el cruce irregular de migrantes por la peligrosa y densa selva tropical marcó un récord, llegando a 520.085 transeúntes, la mayoría de estos con destino a la frontera entre Estados Unidos y México.

La disminución en el tránsito irregular de migrantes por la frontera entre Panamá y Colombia fue parte de la promesa del presidente panameño, José Raúl Mulino, quien asumió el cargo en julio de 2024 tras una accidentada campaña y cambios en la candidatura tras la inhabilitación del expresidente Ricardo Martinelli, procesado por corrupción.

Mulino ofreció el endurecimiento de medidas y políticas destinadas a disminuir el paso de migrantes irregulares por territorio panameño, entre estas el cierre físico de algunas porciones o pasos usados por migrantes en la región fronteriza.

El Tapón del Darién es una zona remota, sin carreteras, de densa selva tropical, montañas y pantanos que conecta Centroamérica y Sudamérica. En la última década se ha convertido en una ruta habitual para migrantes de todas partes del mundo que intentan llegar a la frontera. Cincuenta y cinco migrantes han muerto este año haciendo la peligrosa travesía a través de la selva panameña del Darién.

«Estamos trabajando todos los días para garantizar que la migración ilegal no llegue a la ciudad de Panamá ni al resto del país«, afirmó Mulino en un discurso ante el Parlamento el jueves. También agregó que su gobierno había deportado a 1.548 migrantes en vuelos concertados a través de un acuerdo firmado con el gobierno de Estados Unidos y que incluye el desembolso de cerca de 6 millones de dólares para el financiamiento de vuelos de repatriación de migrantes a sus países de origen.

La migración irregular, especialmente los ingresos a través de la frontera estadounidense marcaron récord durante la administración del presidente Joe Biden y no pocas veces fueron motivo de tensión y arduo debate entre republicanos y demócratas en el Congreso estadounidense. El gobierno de Biden decidió poner fin a las restricciones conocidas como Título 42, invocada durante el mandato del expresidente Donald Trump y que permitía a las autoridades rechazar y devolver a migrantes sin permitirles aplicar por asilos con el argumento de prevenir la propagación del COVID-19.

Pero las crisis políticas y económicas en países Latinoamericanos —que cuentan por 83% de los cruces, seguidos de ciudadanos asiáticos y después de Las Antillas— continúan siendo la fuente del flujo migratorio, especialmente la compleja situación en Venezuela: Muchos venezolanos han estado huyendo de un colapso económico prolongado, de la persecución política y la reducción de los espacios democráticos y restricciones al trabajo organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales.

Cerca del 69% de los migrantes en 2024 eran venezolanos, dijeron las autoridades, seguidos de colombianos, ecuatorianos, chinos y haitianos. Según el último boletín estadístico elaborado por Migración Panamá y que incluye datos hasta noviembre de 2024, el 51% de los migrantes que cruzaron el Darién son hombres, mientras que el 28% son mujeres y el 21% son niños y niñas.

Pese a esto, a 209.000 venezolanos que cruzaron el Darién durante 2024 se les permitió continuar su viaje tras la suspensión de vuelos directos entre Panamá y Venezuela después de las disputadas elecciones presidenciales de julio en Venezuela, en las que la autoridad electoral declaró ganador a Nicolás Maduro, unos resultados que son rechazados y disputados por la oposición venezolana, que afirma tener pruebas de fraude por parte del Consejo Nacional Electoral.

Con Información de Reuters, EFE y medios locales.