El Vaticano. El Papa Francisco se dirige a los parlamentarios franceses y les habla sobre el fin de la vida, esperando que el mensaje también llegue a sus colegas italianos, donde la cuestión debatida y divisiva del suicidio asistido ha llegado al Palazzo Madama. Esta mañana, el pontífice recibió en el Vaticano a un grupo de parlamentarios franceses y un significativo pasaje de su discurso estuvo dedicado a la defensa de la vida y al mayor uso de los cuidados paliativos para los enfermos terminales. «Espero que el debate sobre la cuestión esencial del fin de la vida pueda ser conducido en la verdad. Se trata de acompañar la vida hasta su término natural a través de un desarrollo más amplio de los cuidados paliativos. Como saben, las personas al final de la vida necesitan ser apoyadas por asistentes que sean fieles a su vocación, que es la de proporcionar asistencia y alivio, aunque no siempre puedan curar. Las palabras no siempre son necesarias, pero tomar de la mano a un enfermo, tomar de la mano, esto hace mucho bien y no solo al enfermo, también a nosotros» dijo el Papa.

 

El tema es espinoso y siempre ha sido obstaculizado por la Iglesia que, en sus 2000 años de historia, siempre ha defendido la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, con una atención particular a las fases frágiles de la existencia. El no a la eutanasia así como al encarnizamiento terapéutico forman parte del entramado moral basado en la defensa de la dignidad y los derechos de la persona: incurable, para el magisterio, no significa incurable. Y quien padece una enfermedad en estado terminal como quien nace con una previsión limitada de supervivencia tiene derecho a ser acogido, cuidado, rodeado de afecto. La Iglesia, en práctica, es contraria al encarnizamiento terapéutico, pero reitera como «enseñanza definitiva» que «la eutanasia es un crimen contra la vida humana».

 

En el Senado se han concluido el 26 de noviembre ante las comisiones de Justicia y Asuntos Sociales las audiencias sobre el proyecto de ley sobre el fin de la vida. El examen del proyecto – en primera lectura – aún no ha comenzado. En consecuencia, la llegada al Pleno, fijada por primera vez a mediados de septiembre y luego actualizada a finales de noviembre, está destinada a retrasarse aún más. Hasta ahora, el proceso de la ley sobre el suicidio médicamente asistido ha avanzado lentamente, debido al alto número de audiencias (unas noventa, solicitadas en su mayoría por el centroderecha).

 

En breve, tal vez ya la próxima semana podría comenzar la discusión general siempre en Comisión. El primer paso es la definición del texto base unificado, ya que en la mesa conviven cinco proyectos de ley: dos del PD, con primera firma de Alfredo Bazoli y Dario Perrini; uno del M5s de Elisa Pirro; uno del líder de Avs, Peppe De Cristofaro; y uno de FI presentado por Adriano Paroli. En septiembre, después del primer aplazamiento y para evitar que el proyecto de ley quedara aparcado en las dos comisiones sin una fecha en el calendario de trabajos del Pleno, el inicio del examen fue trasladado a noviembre. La solución compartida, vistas las divisiones, parece casi imposible incluso si para una ley tan importante se requiere que el Parlamento converja en una formulación coherente con la Constitución, donde el derecho a la vida ocupa una posición central. En cualquier caso, por primera vez se introduciría la posibilidad, bajo condiciones muy limitadas, de ayudar a morir a quien lo solicite.

Con información de El Messaggero.